Día con día es invevitable no toparnos con un papelito lleno de clausulas y palabras, por no decir obscenas en sentido literario, que lejos de brindarnos una clara comprensión de lo que estamos contrayendo nos causa pereza leer; en el mejor de los casos advertiremos que nuestro nombre esta mal escrito.
De las primeras palabras, hablando de contratos, que me causaron verdadero espasmo fue aquella de usufructuario ¡¡¡¡¿¿¿¿qué ????!!! y fue cuando definitivamente comprendi que lo mio no eran las leyes. Mi triste realidad me pone nuevamente frente a los contratos y/o convenios, por virtud de mi profesión, aunque sin ser pretencioso hoy puede decir que por lo menos cuento con los conocimientos necesarios para saber donde econtrar los elementos primordiales de un contrato, que a mi buen entender son: los sujetos, el objeto y la existencia de una obligación.
Es tan continuado el uso de contratos, que me atrevo a decir, que en muchas ocasiones ni siquiera nos tomamos la molestia de leerlos ni antes ni despues de signarlos. Por ejemplo cuando quieres crear una cuenta de correo electrónico en cualquier servidor viene un contrato larguisimo, que nunca lei, pero que afortunadamente si das click en "ACEPTO LOS TERMINOS", ya estas del otro lado y honestamente no sé ni a que estoy obligado, es decir, no conozco las famosas letras chiquitas. Supongo que no infrigido tal contrato pues ya tengo mucho tiempo con mi correo electronico.
Lo anterior me lleva a pensar, que si hoy en dia las uniones GAY pueden adoptar hijos, por que no casarse por INTERNET y firmar el contrato estando uno de los contratantes en México y el otro en las Islas de Dubai, finalmente existe EL ACUERDO DE VOLUNTADES y la formalidad el
contrato se puede convalidar con una firma electrónica, con el iris humano, etc...
Recientemente adquiri un Play Station2 para mi pequeño y lo hice desde la comodidad de mi casa, baje los "TERMINOS y CONDICIONES" de MERCADO LIBRE, creé mi usario, elegí al vendedor envíe mi petición, pague con mi tarjeta y listo. Todo esto en menos de 25 minutos. Tres días despues recibi el producto. Desconozco si en materia virtual exista alguna ley u organismo que se encargue de regular el comercio electrónico, pues al menos en mi caso quede satisfecho con la operación pero cuantos casos no existen de gente que es objeto de fraudes y en el peor de los casos hasta de chantaje. Tal como los contratos que son signados en presencia física de los contratantes tiene peso y consecuencias jurídicas, las operaciones virtuales deben guardar paralelismo con éstas ya que no hacerlo transgrede nuestra seguridad jurídica como ciudadanos.
Puedo concluir que estadistícamente, los contratos o convenios, son quiza la fuente más importante de las obligaciones. Son base de nuestra vida de relación en el campo económico y conviene por tanto estar más atentos a lo estamos contrayendo cuando externamos nuestra voluntad para tener la posibilidad de rechazar o exigir lo que se estipule en papel o en medio electrónico.
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